Lynlee Hope es una niña de 8 años que tiene una curiosa historia, ya que debió "nacer" en junio de 2015 y en marzo de 2016.
Su madre, Margaret Hawkins Boemer tenía 16 semanas de embarazo cuando los especialistas le confirmaron que su bebé tenía un tumor en la columna vertebral conocido como teratoma sacrococcígeo, el cual desviaba la sangre del feto, aumentando el riesgo de una insuficiencia cardiaca potencialmente mortal, recogió BBC.
Ante este escenario, los médicos le recomendaron a Margaret la interrupción del embarazo, pero una segunda opinión dada por unos especialistas del Hospital Infantil de Texas (ubicado en Houston) le comentaron que existía una peligrosa cirugía con la que podrían salvar a Lynlee, aunque recalcaron que tan solo tenía un 50% de éxito.
"Estábamos completamente devastados", aseguró Boemer a la Association of American Medical Colleges (AAMC).
Con el tumor ya presionando el corazón del feto, su familia optó por someterla a esta intervención pese a los riesgos. Según el doctor Darrell Cass, el tumor era casi del tamaño del bebé al momento que realizaron la operación.
El procedimiento llevó a los especialistas a sacar del vientre al feto para poder extirpar parte del tumor, y luego volver a colocarla dentro de su madre, quien debió pasar las 13 semanas siguientes en cama.
No fue hasta el 6 de junio que Lynlee llegó al mundo por "segunda vez" a través de una cesárea. Tan solo ocho días después de esto, tuvo que volver a ser operada para retirar el resto del tumor.
A casi ocho años de esta hazaña, la niña se encuentra completamente sana, bailando ballet y jazz en su escuela.