La educadora de párvulo Beatriz Saavedra trabaja hace más de 30 años en una escuela de Lampa. En el establecimiento dicen que su huella es imborrable e inspiradora.
Entusiasmo y perseverancia son atributos innatos de esta profesional, que venció múltiples barreras socioeconómicas para ser educadora, pero que creyó fielmente que si uno sueña es sin límites.
Con esa convicción crecieron los padres de muchos de los niños que hoy se educan con ella, los mismos que confían sólo en la "Tía Betty" para formar las nuevas generaciones.
El ingenio de la educadora creó un "rincón del lenguaje", donde los niños, de manera mágica, ingresan a un televisor y desde ahí cultivan su personalidad.
En paralelo, Saavedra sostiene un jardín infantil para madres adolescentes y vulnerables, lugar con el que la profesora de 59 años sigue esperando dar más. Soñar para y por los demás es parte de la escencia de la "Tía Betty", que en su comunidad es una heroína.
De ganar el Global Teacher Prize 2017, certamen del cual es una de las cinco finalistas, no sólo sería una alegría para sus hijas que también son profesoras, sus alumnos y su amada escuela; sino para toda Lampa, una comuna que por ella sabe que sí se puede soñar.