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Nada pudieron el alcalde ni el estiércol.

Lunes 3 de septiembre de 1973

!Definitivo! 300 nudistas franceses ganaron un enconada batalla de cuatro años contra el alcalde del balneario de Erdeven. Obtuvieron el derecho a bañarse y tomar sol absolutamente sin nada encima. Su desnudez fue más poderosa que las medidas judiciales, excavadoras gigantes y hasta estiércol de cerdo que se emplearon para tratar de obligarlos a usar aunque fuese un traje de baño. El alcalde, al cual obviamente nunca le hizo gracia esta imitación del Paraíso, renunció a su cargo.

Todo comenzó en 1969. El jefe de bomberos de Erdeven, que tenía tanto entusiasmo por apagar incendios como por caminar desnudo, anunció al alcalde Jean Lorgeaux, que proyectaba utilizar una playa para reunir a un grupo de naturistas. La autoridad, creyendo que sólo se trataría de comer hortalizas y tomar sol, dijo que sí. Grande fue su sorpresa cuando horas más tarde llegaron los comités de damas y caballeros más importantes de la localidad a protestar: ¡Esos hombres y mujeres sinverguenzas andaban absolutamente desnudos! El alcalde retiró su autorización y la guerra comenzó.