La canciller Antonia Urrejola compartió este domingo sus reflexiones sobre la eventual entrada en vigencia del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, mejor conocido como TPP-11, indicando que se debe idear una forma de "implementarlo, haciéndonos cargo de las aprensiones y críticas que tiene", manifestó.
En entrevista con El Mercurio, afirmó que el acuerdo es "una instancia necesaria en un mundo globalizado", pero agregó que "puede tener mejoras".
Tomando en cuenta por ejemplo, a las organizaciones de la sociedad civil que están preocupadas por la composición y/o naturaleza de las semillas, o también los pueblos indígenas "que se quejaron de que el TPP no fue objeto de consulta indígena", indicó.
A partir de la consulta sobre si fue un triunfo conseguir la ratificación del TPP11, independiente de las "side letters", Urrejola indicó que alcanzar la confirmación "y el tiempo lo ha demostrado".
"Entendiendo que es un tema muy sensible para la coalición de Gobierno, una vez aprobado por el Senado había que dar certeza para que no fuera un problema permanente. No fue una decisión mía exclusiva, lo hablé con el Presidente y con el comité político", sostuvo la ministra.
La estrategia de las "side letters" no es considerada como un fracaso por la titular de Relaciones Exteriores, ya que si hay países "disponibles a discutir al interior del TPP mecanismos de resolución de controversias porque Chile está planteándolo, significa que se logró hacer el punto", complementó.
"La idea (con las cartas laterales) es ponerse al día en la solución de controversias y en la discusión que se está teniendo en los distintos ámbitos multilaterales (...). Es importante buscar mecanismos de solución de controversias que den garantías, tanto a los Estados como al inversionista", declaró.
Dando mayores luces sobre este detalle del acuerdo, la ministra Urrejola recalcó que "en ninguna de las conversaciones que he tenido con inversionistas han reclamado" sobre las side letters. A saber, con Canadá, se firmó una declaración "donde se habla de revisar los mecanismos de resolución de controversia, y en ningún momento las empresas canadienses se han quejado de que van a cambiar las reglas del juego", acotó.
Por último, concluyó que la entrada en vigencia del acuerdo se trata de un proceso, donde "habrá también una conversación con los sectores empresariales. Las reglas del juego no se van a cambiar de la noche a la mañana, y lo que exigen los empresarios son certezas".