Esta semana, la Convención Constitucional vivió un proceso clave, ya que se aprobó el reglamento general que regirá el trabajo a realizar para redactar la nueva carta fundamental. Ahora, sólo resta que sean aprobados y despachados dos reglamentos, el de participación indígena y el de participación ciudadana.
Fernando Atria, convencional constituyente representante de Apruebo Dignidad, manifestó en conversación con el Canal 24 Horas que "es un paso extraordinario", ya que "estamos ad portas de cerrar esta discusión reglamentaria y, luego de eso, vamos a pasar a la segunda etapa, en la que sobre construyendo sobre esta base, vamos a ir trabajando en los que han ido empujando este proceso".
En ese mismo sentido, aseveró "que hayamos llegado a este punto a menos de tres meses de la convención es un gran éxito".
Respecto del reglamento en sí, el abogado sostuvo que la importancia de éste pareciera no ser entendida en su totalidad por la ciudadanía.
"La importancia fundamental de esto, no es inmediatamente transparente para el público, porque lo que ve la gente es que estamos discutiendo temas de abogados, reglamentos, pero el destino del proceso constituyente depende de que los procedimientos que sigamos en adelante, estén bien diseñados y fomenten una discusión y decisión racional", sostuvo.
Agregó, además, que "los reglamentos que hemos ido aprobando son reglamentos que diseñan un buen procedimiento, un buen mecanismo para que pueda haber decisión dentro de la Convención".
Aprobación del 2/3
Atria también aclaró qué ocurre con la aprobación de los 2/3 para las decisiones de la propia Constitución.
"Hay una cuestión importante de entender. No hay nadie que tenga una posición de veto unilateral y eso lo que significa es que para avanzar en la decisión constituyente va a ser necesario ir construyendo articulaciones amplias, que alcancen los dos tercios", aseveró.
Y, afirmó, que sí existen dichas articulaciones, así quedó demostrado en la declaración inicial de la Convención sobre los presos de la revuelta, la que fue aprobada por 2/3.
Por último, indicó que además "significa, a diferencia de lo que ha ocurrido en los últimos 30 años, en los que la derecha ha tenido una posición de vetar, la nueva Constitución va a dar cuenta de un apoyo suficientemente amplio".
Plebiscitos dirimentes
En cuanto a la aprobación de que exista la posibilidad de plebiscitos dirimentes, el abogado detalló que "lo que se aprobó en el reglamento general es una referencia a que, en ciertos casos, las normas se aprueben por plebiscito, conforme al reglamento de participación ciudadana que es uno de los que nos falta".
"Hay esta idea que, bajo ciertas circunstancias que están delimitadas, haya plebiscitos dirigentes", puntualizó.
Sin embargo, para que dicha participación ciudadana se lleve a cabo, es necesario una reforma de la constitución que hoy nos rige, por lo que si se aprueba en el reglamento de participación ciudadana, el tema deberá ser tratado por el Congreso.
"La posibilidad depende de la aprobación del reglamento de participación (…) pero para que se puedan hacer, se necesitan reformas que depende del Congreso", aclaró.
Negacionismo
"Había una regla base que venía aprobada por la Comisión de Ética que caracterizaba el negacionismo como cualquier acción u omisión que glorificara, hiciera apología de o minimizara la violación a los derechos humanos", sostuvo.
Además, había "otra en que se mencionaba genéricamente a las violaciones de los derechos humanos cometidas en dictadura y posterior al estallido social", con la cual Atria no estaba de acuerdo, ya que "queríamos que la forma de caracterización fuera lo más adecuada".
El abogado detalló que su propuesta precisaba que se sancionara un acto de "comunicación pública y que se refiriera a las violaciones a los DD.HH. en dictadura, y también de aquellas posteriores al 18 de octubre, pero que estuvieran comprobadas".
Lo anterior no fue considerado y quedó como estaba inicialmente, por lo que el convencional espera que "se vaya haciendo una discriminación de sentido común, de que no cualquier omisión cuenta como negacionista y no cualquier opinión".
Por último, aseguró que el peligro de esto es que "pueda ser usada una regla disciplinaria para zanjar cuestiones políticas".