Este miércoles el doctor Sebastián Ugarte, jefe de la Unidad de Pacientes Críticos de la Clínica Indisa, se refirió a la suspensión de las pruebas de la vacuna de Oxford y AstraZeneca contra el coronavirus, debido a que un voluntario presentó reacciones adversas graves.
Según explicó el especialista, esta es "una de las vacunas mejor desarrolladas, con mejor evidencia científica y que utiliza un adenovirus modificado genéticamente para colocarle proteínas 'S' que nos permite a nosotros generar anticuerpos".
"Sin embargo, en un paciente, solo en un paciente, no estamos hablando de más casos, ocurrió un evento adverso grave, que pudiera estar en relación con la vacuna o pudiera no tener relación alguna con esta. Al parecer, se trata de un caso de mielitis transversa, una inflamación de la médula espinal que conduce a los estímulos nerviosos hacia el resto del cuerpo, lo que puede provocar dolores y pérdida de la movilidad o de la función de la vejiga o del intestino. Es una reacción grave", comentó Ugarte sobre el caso.
Del mismo modo aclaró que esta reacción "no es crónica. En general se puede tratar y en muchos casos se recupera. Hay unos pocos casos en que puede ser más duradero".
En cuanto a los antecedentes entregados hasta el momento, se desconoce si la persona que presentó esta reacción fue inoculado con el compuesto o con un placebo. Ugarte señaló que deberían enviarse estos datos en unas 48 horas.
"De momento, esto genera solo una precautoria, de no seguir vacunando mientras no se aclare, lo que habla de la seriedad con la que se está trabajando el grupo de Oxford, los investigadores principales y también el laboratorio, porque con un evento así, lo que se busca es que ningún voluntario esté expuesto a una situación de riesgo", indicó el especialista.
No obstante si el componente de esta vacuna fuera el causante de esta reacción y ocurrieran más casos similares, podría no solo suspenderse por un periodo estas pruebas, sino que detenerse definitivamente, lo cual se traduce en una problemática mayor ya que cuatro de las vacunas más avanzadas utiliza el mismo sistema de adenovirus recombinado genéticamente contra el COVID-19.
"Eventualmente podría producirse como un dominó, una caída en cadena", explicó Ugarte.
Vacunación masiva
La Organización Mundial de la Salud determinó que no podría existir una vacunación masiva hasta mediados de 2022, lo que echó por tierra las esperanzas de muchas personas. Sin embargo, para el doctor Ugarte estos plazos no son tan extensos como se piensa.
"Si pensamos que para el Sars que se descubrió en el año 2002 o 2003, hasta el día de hoy 2020, todavía no tenemos vacuna. Para el VIH no tenemos vacuna. Un tiempo promedio para el desarrollo de una de estas es de 18 años, entonces pretender tener una vacuna en 18 meses, sería un éxito sin precedentes", sentenció el especialista.
En cuanto a las diferentes presiones para tener el compuesto para ciertas fechas, el experto fue claro.
"La comunidad científica internacional ha levantado la voz en el sentido de que las presiones de actores importantes de la política mundial influyan sobre no dar las garantías al proceso científico y tecnológico que debe cumplir. Existe urgencia por una vacuna, pero esta no nos autoriza a poner en riesgo la vida de los pacientes".