La familia de la joven de 21 años que murió en el Maule, quien es la víctima más joven de coronavirus COVID-19 en el país, acusó la existencia de negligencia en el caso, argumentando que a la víctima nunca se le realizó el test de la enfermedad pese a que presentaba los síntomas de la misma.
Según explicaron cercanos a TVN Red Maule, la aludida murió el pasado 7 de abril en el Hospital Regional de Talca luego de haber ido a diversos centros de salud para atenderse.
No obstante, solo se enteraron que la fallecida estaba contagiada tras el examen hecho en el Servicio Médico Legal, posterior a que el cuerpo estuvo en contacto con varias personas.
"Es angustiante, la velamos y después que la enterramos vinieron a decirnos que tenía el virus", dijo una de las señaladas.
La persona fue el pasado 25 de marzo al Cesfam de Romeral donde hubo una sospecha, para ser llevada a Aguas Negras, zona en la que no se le hizo el test por la enfermedad.
"Mi hermana todos los días, siempre tenía fiebre, no sabemos por qué no le hicieron examen", dijo una de las familiares de la víctima, la cual terminó siendo atendida por una leucemia aguda fulminante.
El círculo cercano de la fallecida dijo que "queremos justicia y que se reconozca que hubo una negligencia".
Consignar que el caso motivó la realización del test a cerca de 35 familiares y trabajadores funerarios, los cuales dieron negativo, pero se ordenaron sus respectivas cuarentenas.
SHARP Y CORDONES SANITARIOS: "NECESITAMOS UNA PARED, NO UN COLADOR"
El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, cuestionó la actual política de cordones sanitarios impulsada por el Gobierno para evitar los contagios entre regiones del país, señalando que actualmente no son plenamente efectivos.
En conversación con 24 Horas, la autoridad municipal señaló que, según los últimos informes de la OMS, hay un "alto caso de personas que teniendo el coronavirus da negativo o son asintomáticos y eso hace que los cordones fallen, porque lo que hacen es devolver a la gente que esta con síntomas no a los asintomáticos".
"En las actuales circunstancias, los cordones sanitarios así establecidos son un verdadero colador. Lo que necesitamos es una pared, no un colador, porque no controlan a las personas asintomáticas", aseveró.
Además, aseveró que, pese a que este año se vio mucha menos gente llegando a Valparaíso por el fin de semana largo, hubo un aumento de flujo, afirmando que "la política de salvoconductos debe ser extremadamente rigurosa".