La Roja partió el duelo con México con una formación inédita, teniendo a Miiko Albornoz y Eduardo Vargas desde el inicio, entrando por Jean Beausejour y Eugenio Mena.
Lo curioso fue que la disposición táctica distó mucho de lo que acostumbra hacer Chile, con el delantero del Napoli como volante por izquierda y el defensa del Hannover 96 como stopper.
Además, Alexis quedó solo en delantera, siendo escoltado por Arturo Vidal y Jorge Valdivia, recostado el primero un poco más hacia la derecha y el segundo levemente a la izquierda.
No obstante, el equipo no se vio bien, no pudo someter a México desde la posesión y sufrió mucho en defensa, por lo que el plan debió cambiar en el segundo tiempo.
Es así como la Roja arrancó la segunda mitad con la tradicional línea de cuatro en la defensa, teniendo a Isla y Albornoz como laterales, mientras que Vargas se volvió a ubicar en el ataque, en compañía de Valdivia y Alexis.
Pese a que este esquema no perduró en todo el complemento, la Roja se vio mucho mejor y mostró una cara más parecida a lo que suele exhibir en el campo de juego, independientemente del resultado.
