Era un partido amistoso, pero para la hinchada local no lo fue en absoluto.
En un encuentro entre el AC Milán y el Propatria de la cuarta división italiana, el mediocampista ghanés paró en seco el partido para expresar toda su molestia por los canticos racistas que hubo en su contra.
A penas corría el minuto 25 de juego cuando el volante Kevin Prince Boateng tenía el balón por el costado izquierdo del ataque milanista cuando no soportó más.
La hinchada del cuadro local cantaba sin parar cada vez que el 10 rossonero tomaba la pelota. En ese momento tomó el balón y lo arrojó en contra de quienes estaban gritando en contra de él.
Ante esta situación, el juez del partido decidió terminar el partido ya que no sólo Boateng era la víctima sino que también hubo cantos xenófobos en contra de Emanuelson, Muntari y Niang.
Además, el técnico del AC Milán, Massimiliano Allegri, abandonaron el campo de juego y el partido jamás se terminó.