Corinthians por primera vez en su historia gritó campeón. Y que manera de hacerlo, de forma invicta.
El estadio Pacaembú se vistió de gala para recibir a la gran final de la Copa Libertadores. Corinthians y Boca Juniors se enfrentaban por un lugar en la historia. En la ida habían empatado a un gol y sólo el triunfo les permitiría gritar campeón.
El ‘Timao’ entraba a la cancha con el mismo once con que logró igual en la ‘Bombonera’ y con la ilusión de levantar el primer título de su historia. Boca Juniors por su parte sustituían a Facundo Roncaglia por Franco Sosa.
El actual campeón brasileño intentó hacer fluir los circuitos pero la presión de los Xeneizes se hacía sentir. Los equipos se preocuparon más de cortar el juego que de proponer y por la misma razón en la primera parte no tuvo opciones de gol en ninguno de los dos pórticos.
La principal incidencia se registró a los 30 minutos cuando el portero Agustín Orión tuvo que ser reemplazado tras no recuperarse de un choque al comienzo del partido. Entre lágrimas abandonó y cedió su paso al uruguayo Sebastián Sosa, ex arquero de Peñarol que el año pasado había disputado la final de la Copa frente al Santos de Brasil.
En la segunda mitad la historia cambió a los 53' minutos cuando el goleador de Corinthians, Emerson recibió un balón en el área y definió con categoría poniendo el uno a cero el marcador. La diferencia la alargó el mismo a los 72' cuando arrancó sólo y definió cruzado ante Sebastián Sosa. Cinco a goles a su cuenta personal que le dieron el título a Corinthians de Brasil.
Resultado final dos a cero que inscribió al Timao dentro de la historia de América.
