Gabriel Muniz nació en Río de Janeiro y como buen brasileño lleva el fútbol grabado en su ADN.
Sin embargo, su sueño de llegar al profesionalismo se vio truncado por un impedimento que lejos estuvo de pasar por sus capacidades: nació sin sus pies por una malformación genética.
La pasión por el fútbol fue más fuerte que su impedimento físico y desde muy pequeño que juega y de muy buena manera. Gabriel a sus 11 años se desempeña defendiendo los colores del Barcelona de Saquarema en Brasil.
Su historia —y su talento— dieron la vuelta al mundo como un ejemplo de superación. Tanto así que fue invitado junto a toda su familia a presenciar el partido de Champions League entre el Fútbol Club Barcelona y el Celtic de Glasgow escocés.
Un sueño cumplido, aunque le quedaba otro aún más grande: estar en un entrenamiento del primer equipo, conocer al plantel y cómo no a Lionel Messi, su ídolo. Situación que se dio este miércoles.
Por un lapso de 10 minutos, el pequeño Gabriel y Messi estuvieron jugando con el balón. Después de una conversación, quedaron en verse nuevamente durante el Mundial de Brasil 2014.
Otros jugadores del plantel también tuvieron gestos con Gabriel. su compatriota Dani Alves le regaló su camiseta, mientras que Abidal y Adriano también jugaron un poco con él en la Ciudad Deportiva.
