Hay goles lindos, feos, de gran calidad técnica y hasta de rebote. Sin embargo, los tantos anotados desde gran distancia son llamativos por la calidad técnica del ejecutante o por alguna falla garrafal del portero.
Esta vez, el club Toshihiro Hiroshima Aoyama marcó un verdadero golazo de mediacancha -68,6 metros de distancia- que dejó atónitos a los seguidores y jugadores del Yokohama.
Sin embargo, lo sorprendente de esta verdadera joyita del fútbol no es la distancia del gol, sino la celebración. Los jugadores se juntaron y se transformaron en palitroques.
El goleador lanzó una bola imaginaria y los otros nueve jugadores cayeron desplomados, ante los desesperados reclamos de los futbolistas del Yokohama.