Marcelo Bielsa dejó su huella en Chile.
El técnico rosarino fue el gran artífice de la clasificación de la Roja a la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, pero antes que eso, el DT sufrió el traspié más duro de su carrera.
En Corea y Japón 2002, dirigiendo a Argentina, quedó eliminado en la primera ronda, en una cita planetaria en la que estaban llamados a ser campeones del mundo.
Tras su renuncia en 2004 pasaron tres años hasta que volviera a dirigir: "Cuando lo llevamos a Juan Pinto Durán y le mostramos lo que era, el dijo ‘para mostrarme este nivel que quieren que venga a trabajar deben estar diciendo la verdad'”, reconoce Harold Mayne-Nicholls, ex presidente de la ANFP.
Mayne-Nicholls dice que Bielsa vivió en el complejo y que iba a una esquina a comprar su “sagrada marraqueta”. En la cancha, su sello fue el trabajo siendo su principal atributo la mecanización de los movimientos en el terreno de juego.
En Sudáfrica, Chile venció dos partidos: frente a Suiza y Honduras, consiguiendo así uno de los cinco triunfos de La Roja fuera de Chile.
Revisa la historia elaborada por el periodista Ignacio Salcedo.