O’Higgins de Rancagua venía con toda la ilusión en su reestreno internacional. Hace 20 años que los celestes no se hacían presentes en una instancia de este tipo y hace 32 que no ganaban.
El rival en la Copa Sudamerica no era para nada sencillo: Cerro Porteño de Paraguay, que en la ida le robó un empate a tres tantos al ‘Capo de Provincia’.
A pesar del marcador había fe. Eduardo Berizzo lanzaba a la cancha a lo mejor que tenía. El estadio General Pablo Rojas, “La Olla”, lucía en la mitad de su capacidad. Los aficionados de los locales daban la bienvenida a su equipo entre fuegos artificiales.
La apertura de la cuenta llegó tempranamente a los 14’, cuando el ex Universidad Católica, Jonathan Fabbro, encaró por el medio y sacó un derechazo abajo imposible para Luis Marín. Los celestes no alcanzaron a reaccionar cuando dos minutos después Fidencio Oviedo puso el segundo.
A los 16 minutos de la primera mitad, Fidencio Oviedo puso la llave cuesta arriba para los dirigidos de Eduardo Berizzo. Con un marcador por 2-0 en contra se fueron al descanso y O'Higgins debía preparar la estrategia para lograr la histórica remontada.
En el complemento, la intensidad del fútbol celeste mejoró pero los problemas defensivos no se solucionaron y llegó el tercer tanto que destrozó todos los sueños rancagüinos. Santiago Salcedo aprovechó las licencias defensivas y estiró el marcador global a un lapidario 3-0.
Cuando el partido expiraba, Alejandro da Silva puso el cuarto y definitivo tanto para los locales luego de una gran jugada combinada por la zona izquierda de la defensa de O'Higgins.
El marcador global arroja un irremontable 7-3 en favor de Cerro Porteño que avanza a la siguiente fase de la Copa Sudamericana.
Con este resultado, el 'Capo de Provincia' dice adiós a la Copa Sudamericana luego de su histórica clasificación a más de 30 años de su última participación en algún certamen continental.