En los cálculos de pocos estaba que el Real Madrid iba a tener que apelar a todo su repertorio para doblegar al modesto y "joven" Ludogorets, el "convidado de piedra" de esta edición de la Champions League, el cual ni siquiera puede actuar en su estadio habitual sino que debe hacerlo en la capital Sofía por motivos de capacidad.

El actual monarca de Europa saltaba a la cancha con Cristiano Ronaldo y Gareth Bale como estandartes, y con Javier "Chicharito" Hernández como punta de ataque. Sin embargo, parecía que una pesadilla estaba a punto de de escribirse en Europa del Este.

Recién comenzado el encuentro el brasileño Marcelinho abrió la cuenta para los locales con un cabezazo ante los descuidos defensivos de los merengues, que estrenaban camiseta. Peor aún, minutos después el golero Stoyanov parecía vestirse de héroe al detener un penal de Cristiano Ronaldo. La lógica se alejaba de la mesa y los búlgaros dominaban las acciones y resistían los embates cuando eran atacados.

Pero Cristiano tuvo que cobrar. Un nuevo penal para el Madrid fue transformado en gol por el luso y extendió el encuentro a un asedio constante de los españoles y una que otra respuesta de los locales.

No sería hasta la segunda mitad cuando un centro de Marcelo encontraría la aparición del francés Karin Benzema, que a esa altura ya había entrado en busca del desnivel, pero la polémica también ingresaba. Los locales alegaron un empujón sobre el defensa pero no tuvo cobro.

De esta forma el Madrid llega a seis unidades y queda como puntero exclusivo del grupo luego que el Basilea, sin Marcelo Díaz (suspendido), doblegara como local al Liverpool.