¡Partidazo en Medellín! River Plate y Atlético Nacional estuvieron a la altura y regalaron un partido plagado de emociones en la ida de la final de la Copa Sudamericana.
Los locales, acompañados por una multitud que repletó el Atanasio Girardot, fueron los grandes protagonistas de la primera etapa y estuvieron siempre cerca de abrir la cuenta. Con Cardona, Mejía y Bernal como los más peligrosos, los cafeteros casi pasaron al frente pero el palo salvó al meta Barovero. No sería la única vez.
Sin embargo, cuando la primera mitad expiraba, Berríos se arrancó por derecha y fusiló al meta argentino, héroe en la semifinal ante Boca Juniors, abriendo la cuenta y haciendo justicia.
Los argentinos de Marcelo Gallardo lucían opacos y no encontraban la fórmula con Teo Gutiérrez, Leonardo Pisculichi ni con Carlos Sánchez. Superados en todas las líneas la amenaza del segundo gol aparecía en cada avance del "paisa".
Ya en la segunda etapa el estadio casi se vino abajo. El recién ingresado Pérez alcanzó a conectar un cabezazo tras un centro desde la derecha y el balón se fue hasta el horizontal de un ya batido Barovero. La jugada pudo servir como envión anímico ya que, tras un par de llegadas que avisaban un nuevo aire de River con Sánchez y Pisculichi, el propio zurdo clavó un zapatazo que tremendo que, con complicidad de Armani, significaba el empate.