Puede que los años hayan pasado y que, en la actualidad, su nivel no sea el mismo que lo hizo ser el mejor del mundo cuando jugaba en Barcelona, pero lo cierto es que ver a Ronaldinho en acción sigue siendo un espectáculo.
Atlético Mineiro y Cruzeiro igualaron sin goles por la quinta fecha del Campeonato Mineiro y la jugada más destacada del día fue obra del mediocampista de 33 años.
Ronaldinho recibió un balón por la derecha y se quedó parado, esperando la reacción del rival, pero, al ver que éste no le intentaba quitar el balón, comenzó con su show.
El volante se llenó de amagues y hasta hizo una especie de baile frente a su marcador Egidio y, cuando éste intentó arrebatarle el esférico, llegó la guinda de la torta.
Ahí, Ronaldinho miró hacia un lado y envió la pelota hacia el otro para que la recibiera un compañero que pasó a sus espaldas, demostrando que su calidad es inagotable.
Cuando culminó el encuentro, Ronaldinho, a través de Tinga, le envió la camiseta a Egidio, pero no con el objetivo de burlarse, sino porque ambos son amigos.