Barcelona consiguió este miércoles una angustiosa clasificación a la final de la Copa del Rey, luego de vencer por 3-0 al Sevilla en un partido que se definió en la prórroga, ya que en los 90' los catalanes vencieron 2-0, mismo resultado con que los andaluces habían celebrado en la ida.
Los catalanes salieron decididos a remontar el partido para no sumar otra decepción, ya que de la UEFA Champions League quedaron al borde del abismo al perder 1-4 con el Paris Saint-Germain en la ida.
Fue así como rápidamente consiguieron ponerse en ventaja gracias a un golazo de Ousmane Dembélé (12'), quien dejó parado al portero Tomas Vaclik con un gran remate que se coló en el ángulo.
Tras ello el Barcelona intentó por todos los medios emparejar la serie, pero no lo iba a conseguir hasta el minuto 94 luego que Gerard Piqué cabeceara en el área luego de un centro preciso de Antoine Griezmann.
Para reflejar la angustiosa victoria culé, cabe señalar que a los 73' Marc-André ter Stegen le atajó un penal a Lucas Ocampos tras una discutida infracción en el área. Consignar que si el argentino anotaba, los catalanes quedaban obligados a marcar 3 goles.
El agónico gol que llevó la serie a la prórroga le dio aún más aire al Barcelona, que golpeó de inmediato en el suplementario gracias a Martin Braithwaite (95').
Pese a que parecía encaminado a una goleada, el Sevilla salió de su campo tras verse eliminado y a los 99' llegó al área en una acción que se reclamó un posible penal por una mano de Clement Lenglet. Sin embargo, desde el VAR desestimaron el cobro presuntamente debido a que el balón golpeó levemente en el pecho del francés antes de dar en la mano.
De esta forma, el Barcelona buscará un nuevo título a sus abultadas vitrinas cuando enfrente en la gran final al ganador de la llave entre Levante y Athletic Bilbao. En la ida, igualaron 1-1.