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La reina de Londres

Jasmine Breinburg protagonizó el segmento de la era digital y su actuación y belleza fue de lo más comentado en las redes sociales.

Alonso Sanchez

Martes 31 de julio de 2012

La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos cautivó a los miles de espectadores presentes y a los millones de espectadores a nivel mundial. La fiesta cinematográfica que montó el director Danny Boyle fue en líneas generales, un espectáculo de primerísimo nivel.

La historia narrada el pasado viernes 27 de julio pasó de la campiña inglesa, a la revolución industrial para posteriormente darle paso a la modernidad y a la era digital.

En este último segmento, apareció una de las figuras de la inauguración que se robó todas las miradas y que arrasó en las redes sociales. Se trata de Jasmine Breinburg, una estudiante de 18 años de la prestigiosa Brit School (escuela de artes escénicas londinense que formó, entre otros, a Amy Winehouse) quien formó parte del fragmento 'Frankie y June Say thanks Tim', un tributo al científico británico Tim Berners-Lee (considerado como el padre de la Web y de otras aristas que permitieron el nacimiento de Internet).

Jasmine fue la encargada de protagonizar el segmento de la era digital cuando pierde su teléfono celular en una fiesta, el que es encontrado por un chico. Después de intercambiar mensajes para poder encontrarse, ambos jóvenes se encuentran y terminan en una relación.

La gran actuación de la joven británica, además de su exótica belleza, la transformaron en comentario obligado en las redes sociales. Los internautas la alzaron como una de las grandes triunfadoras de la fiesta inaugural e incluso muchos le declararon su amor.

Debido a la gran cantidad de telespectadores en todo el planeta (se estima que fueron cerca de mil millones) influyó directa y rápidamente en la vida de Jasmine.

"Ha sido increíble, eso es quedarse corto, ha sido una locura. No me describieron el papel con detalle y no creo que inicialmente entendiera lo grande que iba a ser todo. De antemano ensayas con los demás y todo es normal. De repente, miras hacia arriba y ves tu cara en la pantalla gigante y piensas... Oh, ¡esto es una locura!", confesó.