En Londres, miles de personas esperaban en las calles ver la antorcha olímpica. Los minutos pasaban y el objeto simbólico de los Juegos Olímpicos no llegaba.
En la espera un policía se le ocurrió entretener a los curiosos que llegaron. Con un llamativo baile el encargado de mantener el orden se robó la película.
Con su chaqueta amarilla fluorescente y con llamativos pasos logró entretener a los espectadores que lo aplaudieron una vez terminada su presentación.