Mucha ilusión es lo que demuestra en sus palabras Martín Navarrete, boxeador peruano de 29 años radicado hace un tiempo en Santiago y que a punta de sacrificio y mucho entrenamiento ya llegó a la cima del pugilismo en nuestro país.
Rankeado como 139 del mundo según el registro de Boxrec - lista validada por las federaciones de boxeo más importantes del mundo - “Sud” (como gusta de ser llamado, debido a su lugar de residencia), la carrera de Navarrete comenzó en Tacna cuando él tenía 17 años. En esa época, alcanzó a disputar los Juegos Sudamericanos de la Juventud representando al Perú, certamen en donde alcanzó la medalla de Plata.
En Chile, el púgil - que se caracteriza por sus combinaciones rápidas y veloz juego de piernas- comenzó desde abajo en el circuito amateur, en donde jamás conoció la derrota. Esto lo llevó a desarrollar su carrera de forma profesional, sumando solo victorias, entre ellas al argentino Hugo Damián Delgado, al excampeón chileno Guillermo Dejeas y al campeón, Ramón Velázquez.
Considerando que en Chile a Navarrete ya no le queda competencia, es que el tacneño se puso una meta más ambiciosa: ser el Campeón de Sudamérica en peso mosca.
Para ello, el peruano viene regresando de una estadía de un mes en Cuba, país reconocido mundialmente por el nivel de sus boxeadores, y en donde “Sud” tuvo la ocasión de entrenar en la Escuela Superior de Entrenamiento Atlético (ESPA).
“Para mí el boxeo es un arte: de pegar y que no te peguen. Hay que demostrar lo bonito que es el deporte, por eso fui a perfeccionar algunos aspectos de mi técnica a Cuba, donde tuve la oportunidad de hacer sparring con gente de jerarquía, incluso con subcampeones mundiales, quienes me dijeron que tenía gran nivel”, contó Navarrete tras su regreso de la isla caribeña.
Tras aterrizar de vuelta en Chile, los planes de Navarrete son claros: mientras sigue entrenando en la academia santiaguina AllBoxing, comienza a buscar una nueva pelea que sirva de preparación para su gran meta del año 2018: disputar el cinturón Sudamericano.
Para lograr dicha meta, Navarrete y su equipo ya se encuentran en búsqueda de financiamiento, tarea complicada. pero no imposible.
“Hay posibilidades, hemos hecho sondeos y existe la disposición para que, si Dios quiere, a fin de año estemos peleando el título de Sudamérica. Es más, incluso estoy dispuesto a sacrificar mi bolsa con tal de tener la posibilidad de llegar a ser el mejor del continente”, cierra con fe y esperanza el esforzado boxeador.