El jugador esloveno Goran Dragic fue protagonista de una una espectacular golpiza durante el partido amistoso que enfrentó a las selecciones de baloncesto de Eslovenia y Turquía.
La batahola involucró tanto a jugadores, árbitros y entrenadores.
El esloveno, jugador de los Phoenix Suns, reaccionó con violencia a una falta de Dogus Balbay, y eso que sólo se llevaban disputados 3:30 minutos de partido.
Finalmente, fue victoria para Eslovenia por 72-53, y el partido se desarrollo con normalidad, más allá de alguna que otra marca dura.