Impacto causó en las últimas horas en el mundo del deporte la abrupta decisión de Maddie Groves, destacada nadadora australiana, quien renunció a las clasificatorias para los Juegos Olímpicos lanzando un fuerte mensaje.
"Que esto sea una lección para todos los pervertidos misóginos en el deporte y sus lamebotas. Ya no puedes explotar a las mujeres jóvenes y las niñas, la vergüenza corporal o las presiones médicas y luego esperar que te representen para que puedas ganar tu bono anual. Se acabó el tiempo", señaló en sus cuentas de redes sociales para explicar su decisión.
Y el mensaje de la doble medallista de plata en los pasados JJ.OO. de Río 2016 encontró rápida respuesta por parte de la federación de nado del país oceánico.
Kieren Perkins, presidente de Swimming Australia, aseguró que ya se habían acercado a Maddie en una ocasión anterior, cuando ella reclamó por cómo la miraba un trabajador mientras nadaba.
"Hemos tenido un diálogo continuo que ha sido generado por Maddie a través de las redes sociales, nos comunicamos con ella en septiembre de 2020 para tratar de interactuar con ella sobre estas preocupaciones que tiene", dijo.
Al mismo tiempo, agregó que "lo hemos vuelto a hacer ahora, y desafortunadamente en este punto no hemos podido tener una conversación directa con Maddie para entender exactamente cuáles son sus preocupaciones, quiénes son las personas involucradas, para que podamos investigarlo y tratarlo. Ciertamente la alentamos a que lo haga porque este es uno de los problemas y desafíos más importantes que tenemos".
"Todos los deportes deben asegurarse de que sus atletas estén bien apoyados y protegidos en su entorno y, lamentablemente, no hemos podido hacerlo, porque Maddie aún no se ha comprometido directamente con nosotros", sentenció.
Apoyo para Maddie
Cabe señalar que la acusación de Groves generó inmediato apoyo hacia ella por parte del mundo del deporte australiano.
Por ejemplo, John Coates, jefe del Comité Olímpico Australiano señaló: “Lamenté mucho escuchar eso. No hay lugar para lo que ella alega en el deporte australiano”.
En la misma línea se mostró Mitch Larkin, ex campeón del mundo y medallista olímpico en natación, quien sentenció que “eso me rompió un poco el corazón. Como hombre no he experimentado algunas de esas cosas de las que ella habla. Si hay un problema cultural, obviamente nos gustaría cambiarlo".