Inglaterra puso fin a las aspiraciones de Nueva Zelanda de ganar su tercer Mundial de rugby consecutivo, al arrollar el sábado por 19-7 a los campeones defensores y avanzar a la final del torneo que se disputa en Japón.

El equipo inglés sacó a relucir su merjor versión para dominar desde el comienzo un duelo en el que fue más rápido, más fuerte y más disciplinado ante un equipo que no había perdido un partido mundialista desde los cuartos de final del evento jugado en 2007.

La victoria catapultó al XV de la Rosa a su primera final planetaria desde 2007. En el partido del 2 de noviembre buscará su segundo título mundial después del conseguido en 2003, cuando se convirtió en el primer país del hemisferio norte, y aún el único, en lograr el título.

Inglaterra abrió el marcador a los 90 segundos a través de un try del centro Manu Tuilagi y aumentó la ventaja mediante un un penal del apertura George Ford. Nueva Zelanda, que había ganado 15 de los últimos 16 enfrentamientos ante los europeos, apenas amenazaba en ese momento.

En el segundo tiempo, Ford puso el marcador 13-0 con otro penal ante una irreconocible Nueva Zelanda, pero los oceánicos volvieron al partido y un try de Ardie Savea convertido por Richie Mo’unga puso el marcador 13-7.

Pero Inglaterra devolvió el golpe de inmediato y Ford cerró el marcador con el pie ante unos All Blacks que a esa altura solo parecían esperar el final del partido jugado en Yokohama ante más de 70.000 espectadores

Inglaterra se medirá en la gran final a Sudáfrica que derrotó el domingo a Galés.