El clásico de la liga eslovaca de básquetbol tuvo un punto culminante después de la primera canasta de la noche.
Sólo unos segundos de partido alcanzaron a disputar el BC Prievidza y el MBK Handlová cuando el público se transformó en el protagonista de las acciones.
Después de anotar los dos primeros puntos con una volcada, el público comenzó a lanzar peluches a la cancha. No uno, no 10, no 100.
Esto provocó que el partido se suspendiera por algunos minutos mientras los colaboradores recogían los objetos que cayeron al parquet. Nunca un objeto lanzado a una cancha había sido un suceso positivo.
Esto se debió a una campaña solidaria para la recolección de juguetes para los niños de escasos recursos económicos.