Cuando en el primer partido de la gran final de la NBA se pedía la aparición de LeBron James en el último cuarto, la estrella de Miami Heat simplemente no apareció, falló en los momentos clave y permitió que Oklahoma City Thunder celebrara el primer punto en su casa.
Sin embargo, en el segundo partido —también en Oklahoma— LeBron James sacó a relucir su mejor juego y se transformó en la gran figura de la noche tras anotar 32 puntos, ocho rebotes y cinco asistencias para emparejar la serie tras al triunfo por 100-96.
Chris Bosh también fue un gran complemento para James al registrar un doble-doble de 16 puntos y 15 rebotes.
En la vereda opuesta, Kevin Durant sigue ratificando que es él el mejor encestador de la liga. Anotó 32 puntos y realizó un gran trabajo, pero en los últimos minutos falló donde no es habitual que falle e imposibilitó que el partido se fuera al tiempo extra.
Además de la juventud del equipo de Oklahoma, la localía siempre había sido un factor clave en el funcionamiento de los Thunder. Esta vez Miami no sintió esa presión y viajarán a jugar tres partidos consecutivos en su casa, donde podría terminar alzando el trofeo.