La mansión en la que aparece Michael Jordan relatando diversos episodios de su vida durante la serie documental The Last Dance no es realmente su casa como muchos piensan, sino simplemente una locación que decidió la producción.
¿El motivo? El director Jason Hehir explicó, en declaraciones reproducidas por Mundo Deportivo, que para Jordan "hay ciertos aspectos de su vida que quiere mantener en privado”.
“Simplemente no quería que la gente viera todo eso. Lo respeté, así que nunca lo presioné", agregó.
Hehir explicó que "busqué lugares en los que pareciera que Michael podría vivir. Sabía cómo era su casa real y sabía que se trataba de un tipo rico que tenía ciertos gustos, así que queríamos algo que combinara con eso".