Durante el Abierto de Australia, el tenista francés Jo-Wilfried Tsonga se robó las miradas luego de detener el encuentro que se encontraba disputando para ir en ayuda de una recogepelota que se encontraba llorando.
Tsonga primero acudió a preguntarle qué le sucedía, para luego pedir el apoyo del público y retirarla de la zona de donde la joven recibió un fuerte pelotazo.