Parecía un partido, a priori, maratónico.
Sabido es que David Ferrer no da ninguna pelota por perdida y que para ganarle hay que batallar largas horas. Claro ejemplo es su partido de cuartos de final con su compatriota Nicolás Almagro, a quien venció después de perder los dos primeros sets.
Sin embargo, en la semifinal del Abierto de Australia tenía como rival a Novak Djokovic, el número uno del ranking de la ATP.
Contra todo pronóstico, "Nole" no tuvo mayor problema para aplastar al español y clasificar a la final del primer Grand Slam del año.
El serbio se quedó con el encuentro después de cerrar todo con un sencillo 6-2, 6-2 y 6-1 partido que parece de primera ronda y con un rival de la clasificación.
"No creo que pueda jugar mejor de lo que lo hice hoy". Y es cierto: lo que realizó este jueves Djokovic rozó en la perfección. No le dio nunca una oportunidad al español de siquiera ilusionarse con un resultado a su favor.
En la final, Novak Djokovic se enfrentará con el ganador del duelo entre el suizo Roger Federer y el escocés Andy Murray. Final de miedo en Australia.