El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a recortar las estimaciones sobre la proyección económica para Chile durante los años 2015 y 2016.
Según la entidad, el país no registrará una expansión financiera en torno al 2,7% como lo había considerado anteriormente, sino que lo disminuyó a 2,5%.
La explicación al cambio se explica en torno a la "disminución de los precios en materias primas", lo cual ha desencadenado una situación similar en el resto de los países del área.
Paralelamente, el organismo recortó la previsión que delimita la expansión del PIB nacional, pasando a un 3,1% luego de haber sido cifrado en un 3,3%.
El contexto de desaceleración china, la crisis griega y las modificaciones económicas estadounidenses fueron delimitadas como los hipotéticos riesgos que presentarían los índices nacionales, afectando de alguna manera las arcas chilenas.