Al poner en arriendo un inmueble o propiedad, las personas se exponen a malos ratos relacionados con daños a ésta, no pago o incluso la negativa a abandonar la vivienda por parte del arrendatario.
Para evitar estas situaciones presentamos a continuación una breve guía que ayudará a los futuros arrendadores a evitar problemas, los que pueden desembocar en gastos para litigar en su contra o en grandes pérdidas de tiempo.
ANTECEDENTES DEL ARRENDATARIO
Es importante tener claro quién es la persona (o empresa) que arrienda una propiedad para así poder saber contra quién dirigir el actuar en caso de problemas con el cumplimiento del contrato.
El abogado del estudio Montt y Montt Asociados, Roberto Montt, indica que los antecedentes comerciales clave son las liquidaciones de sueldo -para determinar capacidad económica-, declaraciones de impuestos, codeudores solidarios y avales.
"Dependiendo de los montos de las rentas pueden pactarse garantías", indica Montt, que relata de arrendadores que solicitan 12 meses de pago anticipado, ya sea en cheques o valor total de la renta anual.
Además cuenta que en algunos casos se fijan prendas como garantía en caso de incumplimiento del pago.
CONTRATO DE ARRENDAMIENTO
Todos los datos, cláusulas y garantías se deben estipular en el contrato para mayor seguridad.
En el texto de este acuerdo es muy importante indicar el inmueble y las partes individualizadas, además de la vigencia del arriendo, la renovación de este y la forma de aviso de término con sus plazos correspondientes.
Otros datos clave para el contrato son la renta y la debida forma de reajuste, las responsabilidades del arrendatario, el pago de los servicios, y las eventuales mejoras del inmueble.
En Montt y Montt Asociados aseguran que es aconsejable contar con la asesoría profesional correspondiente para evitar malos ratos en el futuro.
Foto: Agencia Uno.