La petrolera argentina YPF firmó este martes un acuerdo con Chevron para desarrollar un megacampo patagónico que podría albergar uno de los mayores recursos de hidrocarburos no convencionales del mundo, con una inversión de 1.240 millones de dólares por parte de la firma estadounidense.
El acuerdo permitirá el desarrollo de un área de 20 kilómetros cuadrados, ubicados en la gigantesca formación Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, donde YPF inició un plan piloto para perforar unos 100 pozos de petróleo.
"Conjuntamente con lo ya desembolsado por YPF, este nuevo aporte suma una inversión total de 1.500 millones de dólares en el piloto, donde ya hay 15 equipos de perforación y se extraen más de 10 mil barriles equivalentes de petróleo diarios", dijo el comunicado enviado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Según la Administración de Información de Energía (EIA) de Estados Unidos, Argentina tiene 802 billones de pies cúbicos de gas no convencional y 27.000 millones de barriles de petróleo alojados mayormente en Vaca Muerta, una formación que se extiende sobre unos 30.000 kilómetros cuadrados.
Chevron es la primera petrolera que firma un acuerdo con YPF para desarrollar Vaca Muerta. Otras compañías, como el grupo local Bridas, firmaron memorandos de entendimiento pero no cerraron los detalles.
"Vaca Muerta es un activo de clase mundial y se ajusta perfectamente a nuestro sólido portfolio de recursos no convencionales. (...) Es consistente con nuestro objetivo estratégico de entrar en nuevas y atractivas áreas de forma temprana en el proceso", dijo John Watson, presidente de Chevron, citado en el comunicado.
La petrolera estadounidense desembolsará los primeros 300 millones de dólares una vez que las autoridades de Neuquén le otorguen la concesión de un área de 395 kilómetros cuadrados, donde está ubicada la zona en la que se desarrolla el piloto.
En una segunda etapa, el desarrollo total del área requerirá la perforación de unos 1.500 pozos adicionales.
El acuerdo entre las petroleras estará atado a la jurisdicción legal de Estados Unidos, según dijo a Reuters una fuente con acceso a los detalles del documento.
El lunes, el Gobierno argentino anunció que permitirá a las petroleras que inviertan en el desarrollo de recursos no convencionales exportar parte de su producción y tener libre disponibilidad de divisas, flexibilizando restricciones rechazadas por los inversores y creando las condiciones para el pacto con Chevron.
Según la nueva norma, las compañías que inviertan al menos 1.000 millones de dólares podrán vender al exterior el 20 por ciento de su producción de gas o petróleo, libre de impuestos.
El presidente de YPF, Miguel Galuccio, y los directivos de Chevron se reunieron el martes por la noche con la presidenta Cristina Fernández para informar los detalles del acuerdo.
La producción de petróleo y gas está en retroceso en Argentina desde 1998 y 2004, respectivamente, y el Gobierno desembolsa montos millonarios en importaciones energéticas para satisfacer la creciente demanda local.
Hace un año, el Gobierno expropió el 51% de YPF, hasta entonces en manos de la española Repsol, a la que responsabilizó por la persistente caída de la producción de hidrocarburos de la mayor petrolera del país.
Tras la nacionalización, YPF lanzó un ambicioso plan para aumentar la producción y desarrollar los recursos no convencionales en Vaca Muerta.
Para el diario Clarín, el acuerdo significó un "giro de 180 grados" del Gobierno en el ámbito petrolero, tras una "década prácticamente perdida" en materia energética por la ausencia de un plan estratégico en las administraciones de Néstor Kirchner y de su ahora viuda.
En opinión del rotativo bonaerense, el panorama en la actualidad es "extremadamente crítico y preocupante", ya que, entre otras cifras alarmantes, "el país perdió en 2011 el autoabastecimiento energético que tenía desde hace más de 20 años" y "se convirtió en un importador neto y creciente de gas oil, fuel oil y gas natural".
El pacto fue cuestionado a distintos niveles: desde la confederación mapuche, que protestó con la toma de cuatro pozos en Neuquén, hasta prácticamente casi toda la oposición, intelectuales, expertos en energía y hasta el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, que acusa a Chevron de ser "prófuga de la justicia ecuatoriana por violar derechos humanos".
Además, hay un elemento de incertidumbre aún pendiente en el acuerdo: la obligación de ser aprobado por el gobernador de la provincia de Neuquén, Jorge Sapag.
Según señala Clarín, siempre se ha mostrado en sintonía con las necesidades de YPF, pero está recibiendo una fuerte presión por parte de la oposición en la provincia, que le exige "acuerdo, si; cheque en blanco, no".
Fuente: 24Horas.cl con información de Reuters