Muerte, destrucción y gritos de niños.
Así podría ser descrito el escenario del accidente de tránsito ocurrido en Italia, donde un bus se estrelló tras caer desde un viaducto. Al menos 39 personas murieron y otras 23 quedaron heridas.
Según el relato de testigos, una vez ocurrida la tragedia, era posible escuchar gritos de niños que habían quedado atrapados.
"Escuché a niños gritando en los restos del bus, mientras sus padres los llamaban. Eso hizo que se me helara la sangre", relató el bombero Emilio Matarazzo al diario DailyMail.
La estremecedora escena se suma a las historias personales de las víctimas, en su mayoría creyentes católicos, que participaban de un viaje hacia Nápoles.
Mario Terracciano, quien perdió a sus padres y dos de sus tíos, relató al periódico británico que la comitiva había visitado unas termas antes de ocurrida la tragedia.
Asimismo, según sobrevivientes y familiares, el bus, en el que viajaban 48 personas, había realizado una parada en la ciudad de Pietralcina, el pueblo natal del beato padre Pío.
Mientras las autoridades aún investigan las causas de la tragedia, el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, dijo que el accidente era "inaceptable".
"Esta tragedia es inaceptable y nos recuerda a todos que debemos tener un compromiso más firme con la seguridad vial para disminuir los factores de riesgo", dijo Napolitano a medios locales.
Hasta el momento, equipos de seguridad culpan a la falta de seguridad en la carretera y las fallas que podrían haber presentado las vallas de contención.
Entre los heridos y fallecidos se cuentas niños que viajaban juntos a sus padres.
Este es uno de los peores accidentes de tráfico en la historia de Italia y el segundo desastre de transporte que golpea el sur de Europa en el espacio de cinco días, luego que 79 personas perdieran la vida cuando un tren de alta velocidad descarriló el miércoles en la ciudad española de Santiago de Compostela.