Las demandas sociales en Brasil tienen más que preocupadas a las autoridades de ese país, en especial, a los alcaldes de las ciudades más importantes.
El alza en el pasaje de los buses fue la gota que rebasó el vaso y, en una medida para descomprimir el ambiente enrarecido, los alcaldes de Recife, Porto Alegre, Joao Pessoa y Cuiabá decidieron rebajar el pasaje de los buses.
"El objetivo es entablar un diálogo con los manifestantes", dijo el gobernador de Pernambuco, Eduardo Campos, quien decidió la rebaja de 10 centavos (0,5 centavos de dólar) en el autobús del Gran Recife.
Otro de los que expuso su postura en favor de una rebaja fue el alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, del oficialista Partido de los Trabajadores de la presidenta Dilma Rousseff, quien admitió la posibilidad de revertir el aumento de 20 centavos (10 centavos de dólar) en el precio del boleto de autobús.
"Estoy a favor de revisar las planillas y ver el lucro de los empresarios", dijo Haddad quien analizará los porcentajes con los que se financia el transporte público.
Las revueltas sociales no sólo se centraron en la petición de anulación del alza en el pasaje, sino que fueron más allá pidiendo la gratuidad en el transporte y reclamando por las estratosféricas sumas de dinero destinadas a la organización de la Copa del Mundo en 2014.
Los manifestantes piden que los más de 15 mil millones de dólares invertidos se usen para generar viviendas dignas, salud y educación públicas de calidad, en un país donde existe aún una gran brecha entre pobres y ricos.
[24Horas.cl con información de Infobae]