Varias décadas después de cometer los delitos, la justicia de Alemania condenó a tres años y medio de prisión a una octogenaria anciana revolucionaria de izquierda.
Tras casi un año de juicio, los jueces optaron por encarcelar a Sonja Surder, de 80 años, otrora integrante del grupo Células Revolucionarias, que luchaba contra el sistema social de la Alemania de la década de los setenta.
Sus crímenes, según la justicia, fueron efectuar tres ataques incendiarios entre 1975 y 1980 en el sur del país.
Surder, en 1978 huyó a Francia, desde donde fue extraditada en 2001 para ser sometida a juicio.
Las Células Revolucionarias, fundadas en 1973, realizaron más de 180 atentados en el país, hasta que cesaron sus actividades en 1995.