Victoria Zapata, María del Mar Gelabert y Daniela Zapata, fundadoras del colectivo "Tejiendo feminismos", tuvieron la iniciativa de crear la bandera feminista más grande del mundo.
El llamado es a tejer cuadrados verdes de veinte centímetros, en los cuáles lleven el nombre de alguna víctima de femicidio o alguna frase. Todo esto para mostrar la creación en octubre, en el Encuentro Nacional de Mujeres número 34, que se realizará en La Plata.
“Estamos acá, vivas, unidas y empoderadas... y estamos tejiendo una nueva realidad”, fue el mensaje que alzaron para la convocatoria.
Hasta el momento ha sido todo un éxito, con respuestas inmediatas; tanto niñas como abuelas se pusieron a tejer y les han hecho llegar sus trabajos, donde incluso aparecieron nombres que habían quedado 'olvidados'.
“Nosotras nos preguntábamos qué hacer concretamente, buscábamos de qué manera poner de manifiesto nuestro reclamo. Y surgió la idea de que todes podamos tejer la bandera. Creemos que es insoslayable el hecho de que la sororidad organizada es nuestra herramienta de lucha primordial. Todos los logros de las mujeres han sido a partir de pensarnos y de actuar colectivamente”, explicó Victoria Zapata a Entremujeres.
Y agregó: “Nosotras elegimos el color verde porque nos representa profundamente, hay una alusión muy concreta a la Campaña por el Aborto Legal porque entendemos que el Ni Una Menos y el Aborto Legal están íntimamente vinculados. Tenemos un sistema heteropatriarcal que nos oprime en todo sentido: física y simbólicamente. Parte de esa opresión tiene que ver con no poder decidir sobre nuestros propios cuerpos".
Además Daniela Zapata señaló el fin real de esta bandera: "La bandera tiene un mensaje simbólico que es visibilizar a aquellas mujeres que ya no están y que en gran parte de nuestra sociedad están representadas estadísticamente por un número. Nosotras lo que hacemos es ponerles un nombre”.
A lo que María del Mar agregó: “Queremos que esto tenga visibilidad, más allá de una noticia. Es tremendamente doloroso pero es también nuestro motor de lucha. Sentimos que estamos trayendo a la memoria dolores que pensamos que estaban olvidados pero no lo están”.