A partir de este martes, una mansión ubicada en Miami (Estados Unidos) que perteneció al fallecido capo de la droga, Pablo Escobar, comenzará a ser demolida.
Sin embargo, sus actuales propietarios han rastreado con picos, mazos, palas y detectores de metal las paredes de la construcción en busca de un supuesto botín escondido con parte de las riquezas del narcotraficante colombiano.
Según dio a conocer el diario español ABC, hasta el momento lo único que se ha encontrado es un fajo de lo que podría ser cocaína, aparentemente olvidado en un cajón de una pequeña cocina junto al garaje.
La casa lleva varios años de abandono, pero algunas de sus locaciones reflejan el desenfrenado estilo de vida de Escobar. La vivienda fue construida en 1948, cuenta con cuatro dormitorios y seis baños repartidos en dos pisos, además de un garaje contiguo y una gran piscina.
El jardín lo preside un enorme y frondoso baniano centenario, que será lo único que se salve de la acción de las excavadoras.
Los actuales dueños de la vivienda son el empresario francés Christian de Berdouare, fundador de la cadena de restaurantes de pollo Chicken Kitchen, y su esposa, la periodista Jennifer Valoppi, que la adquirieron en 2014 por cerca de diez millones de dólares al anterior propietario, un abogado, que a su vez se la había comprado al Gobierno por poco más de un millón tras incautársela a Escobar en 1987.
Aseguran que cuando se hicieron con ella no sabían que había sido del capo colombiano, pero que luego comprobaron que su nombre aparecía en las escrituras.
"Todos los vecinos dicen que muchos barcos venían aquí durante la noche y la gente pensaba que tenía amigos de fiesta, pero creo que la utilizaban para traficar con droga", explica De Berdouare. Incluso, asegura que la célebre escena de película "Scarface" en la que Al Pacino grita "¡dile hola a mi amiga!", antes de acribillar con una ametralladora a numerosos atacantes y de acabar él mismo muerto, está basada en algo que sucedió en la vivienda.