Un hecho que podría haber terminado en tragedia ocurrió en las calles de la ciudad china de Hangzhou.
Las cámaras de seguridad captaron el momento preciso en que un policía que dirigía el tránsito advirtió la debilidad del pavimento e identificó un sector donde se formaría un enorme socavón minutos después, en plena calle.
Como si supiera perfectamente lo que iba a pasar, el oficial comenzó a alertar a los automovilistas para que no pasaran sobre la zona, y con ayuda de unos conos formó un perímetro para facilitar la tarea.
Tal como lo había previsto, de un momento a otro el terreno empezó a ceder y dio paso a un gigantesco hoyo. Si no fuera por la rápida acción del uniformado, hoy el país asiático estaría lamentando un accidente de consecuencias insospechadas.