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Colombia y las FARC siguen conversando

Durante este sábado terminó la segunda jornada de diálogos que se efectúan en la capital de Cuba, La Habana.

Sebastian Marchant

Domingo 23 de diciembre de 2012

El Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC dijeron el viernes que avanzaron en la discusión del clave tema agrario, el primero de los cinco puntos del diálogo de paz con el que buscan poner fin a cinco décadas de conflicto armado, aunque aclararon que quedan muchos retos por delante.

Al término de la segunda ronda de las charlas iniciadas hace un mes en La Habana, el ex vicepresidente colombiano Humberto de la Calle manifestó optimismo en que pueda avanzarse con mayor celeridad y en forma expedita cuando se reanuden las conversaciones el 14 de enero próximo.

"Avanzamos en la discusión del punto uno de la Agenda del Acuerdo General 'Política de Desarrollo Agrario Integral', en la búsqueda de soluciones para contribuir al desarrollo y a la superación de la desigualdad del campo colombiano", dijeron ambas partes en un comunicado conjunto.

Además de esa declaración compartida, ambos bandos hablaron con la prensa en La Habana.

"Hemos tenido 21 sesiones y más de 100 horas de trabajo intensos y avances concretos dentro de lo previsto", afirmó De la Calle, quien lidera la representación del Gobierno en las conversaciones iniciadas el pasado 19 de noviembre.

Los negociadores de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sostuvieron posteriormente que el diálogo se encuentra aún "en un momento de precalentamiento" pese al esfuerzo realizado.

"No pudiéramos decir que se ha hecho un extraordinario avance", destacó Ricardo Téllez, más conocido como Rodrigo Granda o el canciller de las FARC, en una conferencia de prensa en La Habana.

"Ha habido unas discusiones muy importantes (...) Vamos a trabajar con equilibrio, con paciencia, sin pausa, en la mayor brevedad posible", agregó.

De la Calle había dicho que se establecieron "mecanismos inéditos" que permiten la participación ciudadana en un conflicto que ha ocasionado miles de muertos y desplazados.

Aunque también admitió que "el reto es grande. Nos quedan aún cinco puntos más, todos sensibles y vitales".

Además del tema agrario, la agenda de las negociaciones incluye las garantías para el ejercicio de la oposición política, fin del conflicto armado, solución al narcotráfico e indemnización a la víctimas de la confrontación.

POLITICA SIN ARMAS

En cuando al aspecto político, De la Calle se extendió y expresó optimismo en lograr acuerdos "que permitan que las FARC empiecen su tránsito a la vida política sin armas".

"Para ello no tienen que abandonar su ideología y el Gobierno no tiene que cambiar su modelo de sociedad. Por eso hemos dicho que no estamos negociando el modelo de desarrollo de Colombia, ni el sistema democrático de Gobierno", agregó al leer un comunicado.

El grupo negociador de la guerrilla dijo por su parte que no se trata sólo de que las FARC se conviertan en una fuerza política legal sino que eso esté acompañado de un cambio de sistema.

"El fundamento de nuestra presencia en La Habana es levantar nuestra voz para que sea la voluntad del pueblo la que se exprese y que el Gobierno emprenda los cambios que se requieren para que las mayorías nacionales no sigan padeciendo la miseria, el desarraigo, el despojo, el terror y la muerte", dijo Iván Márquez, el jefe negociador de las FARC, a periodistas.

"Para que exista una visión conjunta del asunto requiere, sin dudas, cambios en el modelo de sociedad y del antidemocrático sistema político", agregó.

Asimismo las FARC reiteraron su petición al Gobierno para que interceda ante Washington y permita la presencia en la mesa de diálogo de Simón Trinidad, una figura importante de la guerrilla que fue condenado a 60 años de cárcel en suelo estadounidense.

Pese a que las partes se han mostrado moderadamente optimistas desde el comienzo, el diálogo no ha estado exento de acusaciones mutuas y diferencias en temas clave.

El Gobierno, por ejemplo, dijo días atrás que las FARC han violado el cese al fuego que decretaron hasta el 20 de enero, una acusación que la guerrilla ha negado rotundamente.

Las FARC, en tanto, han arremetido contra el Gobierno acusándolo de no acompañar el buen clima del diálogo con el mantenimiento de las acciones militares contra la insurgencia y con su negativa a un cese al fuego bilateral.

Las partes han sido muy discretas en informar sobre las conversaciones, un tema que se propusieron para evitar los errores que hicieron naufragar un intento similar hace una década.

El Gobierno no perderá esta "oportunidad" que se está tomando "con cautela, pero también con esperanza", dijo De la Calle.