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Contra el celibato sacerdotal

Keith O'Brien, el sacerdote católico británico de mayor antigüedad, afirma que los curas deberían casarse y que el tema tiene que tratarlo el próximo Papa.

24Horas.cl TVN

Domingo 24 de febrero de 2013

O'Brien dice que se debería permitir a los sacerdotes elegir la opción de casarse.

El sacerdote de mayor antigüedad en la Iglesia Católica de Reino Unido, Keith O'Brien, expresó que los curas deberían poder contraer matrimonio si así lo desearan y agregó que es claro que muchos sacerdotes tienen dificultades para hacer frente al celibato.

El Cardenal, que participará en el cónclave que elegirá al nuevo Papa, manifestó también su sorpresa ante la renuncia de Benedicto XVI e indicó que está abierto a la idea de que el nuevo pontífice provenga de fuera de Europa.

En una entrevista con el periodista de la BBC Glenn Campbell, el líder de la Iglesia Católica en Escocia dijo que algunos temas, por ejemplo el aborto y la eutanasia, son "creencias dogmáticas básicas" de "origen divino" que la institución jamás podría aceptar.

Pero el Cardenal, que es arzobispo de St Andrews y Edimburgo, afirmó que estaría dentro del alcance del nuevo Papa considerar si la Iglesia Católica debería cambiar su postura sobre otros asuntos, que no tienen origen divino.

Jesús no instauró el celibato

Al prepararse para un nuevo Papa, la Iglesia Católica podría recibir una bocanada de aire fresco.

Explicó: "Por ejemplo el celibato sacerdotal, si los curas deberían casarse: Jesús no dijo eso".

"Hubo un tiempo en que los sacerdotes se casaban, y por supuesto sabemos que en la actualidad en algunas ramas de la iglesia los miembros del clero pueden contraer matrimonio, de modo que obviamente eso no tiene origen divino y se puede volver a discutir".

O'Brien comentó que nunca pensó personalmente si le hubiera gustado casarse, porque había estado "demasiado atareado" con sus obligaciones.

Pero añadió: "En mi época no había opción y uno realmente no lo consideraba mucho, era parte de ser un sacerdote. Cuando yo era un niño, los sacerdotes no se casaban y punto".

"Me haría muy feliz que otros tuvieran la oportunidad de considerar si quisieran o no contraer nupcias. Es un mundo libre y me doy cuenta que a muchos curas se les ha hecho muy difícil lidiar con el celibato, pues vivieron su sacerdocio sintiendo la necesidad de una compañía, de una mujer, con la que se pudieran casar y formar su propia familia", señaló.

Un sucesor más joven

El cardenal O'Brien tendrá voto en la elección del nuevo Papa, cuando Benedicto XVI deje el trono de San Pedro el 28 de febrero.

Dijo creer que podría ser el momento para un pontífice más joven de algún lugar del mundo en desarrollo, donde la fe Católica está floreciente.

"Bueno, yo estaría abierto a un Papa de cualquier lugar si pensara que es el hombre adecuado, ya sea de Europa o Asia o África o de donde sea", agregó.

"Se trata de algo que los cardenales tenemos que pensar con seriedad, habiendo tenido Papas europeos durante tanto tiempo -cientos de años- si acaso no será tiempo de pensar en el mundo en vías de desarrollo como una fuente de excelentes hombres".

"Y por supuesto que tenemos excelentes cardenales de otras partes del mundo también: hombres muy inteligentes, bien entrenados, profundamente espirituales de otros lugares del mundo".

Benedicto XVI tenía 78 años cuando fue elegido en 2005, convirtiéndose en uno de los Papas más ancianos de la historia.

O'Brien dijo que un sucesor más joven que fuera capaz de servir durante un periodo más largo de tiempo podría ser capaz de "hacer más cosas, estabilizarnos un poquito y darnos nuevamente algo del valor que tenían los apóstoles al principio".

Pero señaló que aún no había decidido quién debería ser electo Papa durante el cónclave, que se tendrá que realizar el mes entrante.

Intolerancia

O'Brien, de 74 años, se retiró de algunas obligaciones de primera línea en la Iglesia Católica de Escocia el año pasado, debido a su edad.

Ha sido un opositor abierto de los planes del gobierno escocés de legalizar el matrimonio de personas del mismo sexo, por lo que una organización de defensa de los derechos de los homosexuales lo tildó en noviembre pasado "intolerante del año".

La organización benéfica Stonewall afirmó haberle puesto el polémico apodo, porque fue "mucho más allá de lo que cualquier persona normal llamaría un buen nivel de discurso público" en el debate.

La Iglesia Católica criticicó la calificación de la organización, diciendo que revelaba "la profundidad de su intolerancia" y una voluntad de degradar a la gente que no comparte sus puntos de vista.