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El "papable" italiano de consenso

A sus 70 años, posee grandes dotes de comunicación, además de tener llegada a las corrientes conservadoras y liberales dentro de la iglesia.

Agustín Benaprés

Lunes 4 de marzo de 2013

El cardenal italiano Gianfranco Ravasi aparece entre los candidatos "papables" de segunda línea.

Una especie de anonimato engañosa, ya que muchas veces puede concluir con la asunción de cargos importantes cuando los grandes favoritos no logran aunar criterios de elección.

Este hombre de 70 años se está transformando en un "papable" de consenso, ya que sus características personales e intelectuales lo hacen cercano tanto a conservadores como a liberales dentro de la iglesia.

La historia generalmente hace de ellos los grandes protagonistas de elecciones difíciles. Además, no está mezclado en las intrigas de la Curia y es un gran comunicador.

Lo llaman el "ministro de Cultura" del Vaticano. Escribió a encargo de Benedicto XVI las meditaciones del Vía Crucis y denunció el aislamiento que viven los enfermos y ancianos junto al maltrato de las mujeres.

Fue encargado por Benedicto XVI para hacerse cargo de las meditaciones en ejercicios espirituales, los mismos que hizo el Papa en su retiro antes de dirigir su último Ángelus dominical.

Se da la particularidad de que Juan Pablo II encargó las meditaciones de su último Vía Crucis al entonces cardenal Joseph Ratzinger, que acabó convirtiéndose en Sumo Pontífice.

Ravasi es un firme impulsor del latín y amante de la herencia literaria, cultural y pensamiento de los textos originales.

Además, es conocido por escuchar música juvenil, que -según ha dicho- sirve para "para conocer más de cerca los gustos de las culturas emergentes".

Ravasi es conocido como el promotor del "Patio de los Gentiles" para impulsar el diálogo con los no creyentes.

Junto a ello es parte de la Congregación para la Educación Católica y los Consejos Pontificios para el Diálogo Interreligioso y para la Promoción de la Nueva Evangelización.

En sus múltiples documentos como teólogo, ha hecho público sus pensamientos donde explica que no hay incompatibilidad entre los estudios bíblicos y la teoría de la evolución.

Una postura que acompaña además a temas abiertos como la oportunidad de debatir sobre la resurrección no sólo como una realidad histórica sino que también como una metáfora.