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Leonardo Sandri, el argentino que podría ser Papa

Es considerado uno de los "papables" junto a su compatriota Jorge Mario Bergoglio. El primero anunció la muerte de Juan Pablo II y el otro disputó con Ratzinger el pontificado.

Agustín Benaprés

Viernes 1 de marzo de 2013

Hay dos cardenales argentinos que están dentro de la lista de "papables".

Ambos con una historia ligada a hechos importantes de la Iglesia Católica moderna y con la expectativa que el pontificado caiga por primera vez en Latinoamérica.

Uno de ellos es el cardenal Leonardo Sandri. Tiene 69 años y fue conocido por su cercanía con el Papa Juan Pablo II.

El año 2000 fue nombrado sustituto de la Secretaría de Estado para Asuntos Generales del Vaticano y cinco años después anunció la muerte de Karol Wojtyla en la Plaza de San Pedro.

Sandri era el encargado de leer los mensajes papales cuando la enfermedad de Juan Pablo II le impedía hacerlo.

Nombrado cardenal de la Santa Iglesia Romana por Benedicto XVI, se desempeña también como prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.

Es licenciado en Teología y doctor en Derecho canónico y ocupa múltiples cargos en distintas instancias católicas.

El cardenal argentino ocupó el tercer puesto de la Iglesia Católica durante el papado de Juan Pablo II y su edad es considerada como adecuada.

En caso de buscar un Papa que represente a los cerca de mil millones de fieles que hay en América, su nombre suena fuerte.

Otro argentino también figura en esta posición de "papable".

Se trata del cardenal Jorge Mario Bergoglio. Con 76 años, su edad no es un punto a favor pero cabe recordar que fue el segundo cardenal más votado en el cónclave realizado tras la muerte de Juan Pablo II.

Peleó voto a voto el papado con Joseph Ratzinger en 2005.

Este jesuita podría llegar a ser Sumo Pontífice y con ello el primero de esa corriente, además de latino y argentino.

Fue ungido como cardenal el 21 de febrero de 2001 por Juan Pablo II y forma parte de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Además fue presidente de la Conferencia Episcopal en Argentina y es el arzobispo de Buenos Aires.

Es considerado un hombre de perfil bajo. Sabido es que sale poco de la Curia y no es asiduo a banquetes o invitaciones.