Amnistía Internacional pidió a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OCSE) que envíe observadores a Ucrania para frenar una "oleada de ataques" a periodistas y activistas en la península de Crimea.
"Intentar vigilar la situación de los derechos humanos en Crimea se ha convertido en una tarea casi imposible. Los presuntos grupos de autodefensa están acosando a los manifestantes proucranianos, periodistas y observadores de derechos humanos con completa impunidad", advirtió en un comunicado el director de Amnistía Internacional en Europa y Asia, John Dalhuisen.
Dos representantes de la OCSE debieron suspender su visita a Crimea este jueves debido a "problemas de seguridad", mientras que otros miembros de esa organización no pudieron ni siquiera entrar en la península.
"La OCSE debe establecer rápidamente una misión de observación y acceder sin impedimentos a cualquier parte de Ucrania, incluida Crimea, que continúa al filo de la navaja y donde las tensiones siguen siendo altas", afirmó Dalhuisen.
También, destacó que Rusia debería "dar la bienvenida y no bloquear esa iniciativa".
Amnistía Internacional afirmó que los manifestantes pacíficos que quieren mostrar su apoyo a la unidad de Ucrania y su oposición a la intervención militar de Rusia en la península de Crimea "se enfrentan a la intimidación de los activistas prorrusos".
Según la ONG, "la policía a veces está ausente, hay pocos efectivos policiales o los que están no intervienen cuando los periodistas o manifestantes son atacados".
Un periodista que intentaba filmar cómo cien hombres que se identificaron como miembros de los grupos de autodefensa, obligaban a 40 mujeres a terminar su protesta pacífica en Simferópol, la capital de Crimea, fue "empujado, le tiraron al suelo y le amenazaron con golpearle", denunció Amnistía Internacional.