Tras una serie de excavaciones en el subsuelo del Templo de las Inscripciones de Palenque, México, un grupo de arqueólogos descubrió un complejo sistema de canales en las cercanías de la tumba de un antiguo rey Maya.
El hallazgo, que se realizó fortuitamente gracias al Proyecto Arqueológico Palenque, se originó a 1,70 metros por debajo del sepulcro de Pakal II, ubicación que simbolizaría el camino que debió recorrer el gobernante maya para sumergirse en las aguas del inframundo y ser recibido por el dios Chaac.
En una conferencia de prensa, Arnoldo González Cruz, director del proyecto arqueológico, declaró que este descubrimiento "cambia la tesis original de la construcción del templo", la cual ponía como punto de partida la cámara funeraria del rey Pakal.
Ahora con estos nuevos datos, el argumento que toma fuerza es la existencia de un manantial, y que a partir de sus aguas se habría erigido el edificio.
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