Parecía ser una noche familiar, pero terminó con Jessica Arrendale convirtiéndose en un heroína al salvar a su hija de un asesinato.
Esta madre estadounidense encontró la fuerza necesaria para esconder a Cobie, su bebé de seis meses, en el inodoro durante los últimos minutos de vida que le quedaban luego de recibir un balazo en la cabeza.
Todo comenzó cuando Arrendale, de 33 años, salió con su novio y papá de la pequeña, Antoine Davis, la noche del 13 de septiembre. El hombre, ex infante de Marina, bebió de más y ya en casa de ambos comenzó a insultarla y agredirla.
La mujer intentó escapar mientras sostenía a su hija en brazos y defenderse con un bate de béisbol, pero Davis se lo arrebató la golpeó en varias ocasiones. Incluso pasó a llevar a la menor, informaron los medios locales.
Después de unos minutos Arrendale logró esconderse en el baño con la pequeña, donde su novio entró a la fuerza y le disparó en la cabeza con un rifle de asalto.
Con Cobie todavía en sus brazos, Jessica se volteó y la dejó en el inodoro para luego cubrirla con su cuerpo.
"Ella fue pura voluntad, quería que su bebé viviera", señaló la madre de la mujer, Teresa Ionniello a WSB Radio.
La policía informó que Davis también tenía la intención de matar a la menor, pero no pudo verla y finalmente fue a otra habitación y se disparó.
Los cuerpos de los adultos y la niña fueron encontrados 13 horas después, informó la revista People.
Cobie fue internada en el hospital debido a un trauma en la cabeza, producto de los golpes con el bate de béisbol, e hipotermia y se espera que su abuela pueda llevarla a casa en los próximos días.
"Mi hija fue una heroína, poruqe usó su último aliento para salvar a la niña", dijo Ionniello.