Durante el día 19 de septiembre, México realizó un nuevo "mega simulacro" sísmico que recordó los 32 años del terremoto de 8.1 grados que dejó miles de muertos y daños materiales en la capital en el año 1985. A sólo dos horas del ensayo preventivo, se produjo un terremoto real que alcanzó una magnitud 7.1 Richter y que hoy tiene a México en el ojo de la prensa y preocupación internacional.
Ayer, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, encabezó el ejercicio en el Zócalo, la plaza principal de la capital mexicana. “Agradezco su participación, sobre todo a manera de testimoniar su lealtad, su responsabilidad su compromiso, sirva a cada uno de ustedes mi gratitud, mi reconocimiento en nombre de las muchas familias que quedaron damnificadas”, señaló el mandatario, consignó Clarín.
En este "mega simulacro" se incluyeron ambulancias, autoevacuaciones y reanimaciones montadas. Durante este ensayo suenan las alarmas sísmicas y se evacúan edificios en las principales ciudades del país.
Pese a la seguridad que brinda una actividad como esta, la población mexicana no esperaba que luego de esta preparación preventiva viniera, dos horas más tarde, un nuevo movimiento telúrico de 7.1 grados que sacudiría Puebla y otras localidades que hoy tiene en portada mundial al país.
Por otro lado, el Servicio de Transportes Eléctricos del DF anunció que toda su red de transporte será gratuita para apoyar a la población.
A toda la población y hasta nuevo aviso, les informamos que nuestros servicios de Tren Ligero y Trolebús son Gratuitos
— STE DF CDMX (@STEDF_CDMX) 20 de septiembre de 2017
Gracias pic.twitter.com/kXN8un8uoj
Actualmente se espera que la cifra de muertos y los serios daños estructurales en materia de arquitectura sigan aumentando, mientras el país se organiza para trasladar a los heridos a hospitales y prestar apoyo a la ciudadanía.