Barack Obama, está "decidido a adoptar acciones" contra la violencia con armas de fuego y está evaluando posibles órdenes ejecutivas cuyo objetivo será evitar más ataques como la masacre del mes pasado en una escuela primaria de Connecticut, según confirmó el vicepresidente Joe Biden.
Biden asistió a una reunión en la Casa Blanca con víctimas de la violencia de armas de fuego y partidarios del control de armas como parte del esfuerzo para elaborar un paquete de recomendaciones que Obama ha solicitado para finales de enero.
"El Gobierno está considerando una combinación de acciones ejecutivas y leyes, y está decidido a actuar con rapidez", dijo Biden.
"No vamos a quedar atrapados por la noción de que a menos que hagamos todo no vamos a hacer nada", dijo el vicepresidente a periodistas antes de la reunión. "Existe un consenso bastante amplio sobre tres o cuatro cosas en el área de seguridad armamentística que podrían y deberían hacerse", agregó.
Wal-Mart, el mayor minorista del mundo y principal vendedor de armas en Estados Unidos, confirmó que enviará un representante a Washignton para reunirse con el vicepresidente este jueves. Biden tiene previsto entrevistarse ese mismo día con el poderoso lobby de las armas en Estados Unidos, la Asociación Nacional del Rifle.
Tras el tiroteo ocurrido en Newtown, Obama pidió a Biden que planteara ideas para reducir la violencia con armas. El presidente tiene previsto anunciar muchas de ellas en su discurso sobre el Estado de la Unión, que tradicionalmente pronuncia a finales de enero.
"Estamos poniéndonos en contacto con todas las partes, no importa de qué lado del debate estén. Pero el presidente va a actuar. Hay órdenes ejecutivas, acciones ejecutivas que pueden llevarse a cabo", señaló el vicepresidente.
Obama ha dicho que quiere aprobar nuevas medidas de control de armas en el primer año de su segundo mandato, pero el control de armas es un tema que divide aguas en Estados Unidos, donde el derecho a portarlas está consagrado en la Constitución.
El grupo de trabajo de Biden está examinando una norma que podría prohibir los rifles de asalto, pero también estudia el papel de las películas y videojuegos violentos en los tiroteos múltiples y si existe un acceso adecuado a los servicios de salud mental.