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Fallece a los 94 años la mujer más millonaria del mundo

Se trata de Liliane Bettencourt, heredera de L'Oréal que tenía a su haber una fortuna estimada en casi 40.000 millones de dólares.

Agencia AFP

© Reuters

Jueves 21 de septiembre de 2017

Liliane Bettencourt, heredera del grupo de cosméticos L'Oréal y la mujer más rica del mundo según el semanario estadounidense Forbes, murió este miércoles a la edad de 94 años.

"Liliane Bettencourt murió esta noche en su domicilio. Hubiera cumplido 95 años el 21 de octubre. Mi madre se fue en paz", escribió su hija, Françoise Bettencourt Meyers, en un comunicado.

A la cabeza de una fortuna estimada en casi 40.000 millones de dólares (unos 33.000 millones de euros) por la revista estadounidense Forbes en 2017, Liliane Bettencourt era la mujer más rica del mundo y ocupaba el puesto 14º de las mayores fortunas del planeta.

Bettencourt, que sufría Alzheimer y había sido puesta bajo tutela, se mantenía al margen de la escena pública desde 2012, año en el que abandonó el consejo de administración de L'Oréal y su rol de directiva del grupo.

 

El holding familiar, Thétys, presidido por Françoise Bettencourt Meyers pero cuya madre Liliane Bettencourt conservaba el usufructo, es el accionista mayoritario de L'Oréal con el 33,05% de las acciones al 31 de diciembre de 2016.

En un comunicado separado, el director de L'Oréal, Jean-Paul Agon, expresó su "inmensa tristeza" por la muerte de Bettencourt.

"Todos admirábamos profundamente a Liliane Bettencourt quien veló siempre por L'Oréal, la empresa y sus colaboradores, y que estaba muy comprometida con su éxito y su desarrollo", agregó Agon.

En los últimos años, el nombre de Bettencourt se vio envuelto en una batalla judicial después de que varios de sus allegados fueran condenados por "abuso de confianza" tras haberse beneficiado de donaciones de la anciana.

Nacida el 21 de octubre de 1922 en París, Liliane Bettencourt recibió una educación rigurosa entre las dominicas. Su madre, pianista, murió cuando tenía apenas cinco años.

Diez años después realizaba sus primeras prácticas en L'Oréal. Con los años pasó a ser considerada la custodia de la obra de su padre, Eugène Schueller, fundador de la empresa.