Tras cuatro días, sin dolor y rodeada de sus seres queridos, falleció la pequeña Andrea Lago, una niña española de 12 años que padecía una enfermedad degenerativa irreversible y para quien sus padres habían solicitado "una muerte digna".
Hace sólo cuatros días sus progenitores lograron que los pediatras del Hospital Clínico de Santiago, en La Coruña, le retiraran la sonda a través de la que se alimentaba e hidrataba artificialmente.
Cuando a finales de septiembre la deteriorada salud de la pequeña era irremediable, sus padres hicieron reiterados llamados a no causarle más dolor a Andrea, quien les enviaba "miradas de auxilio" ante su imposibilidad de hablar por culpa de su enfermedad.
De acuerdo al informe del Comité de Ética Asistencial del área sanitaria de Santiago, la niña sufría afectaciones a su "calidad de vida", por lo que la eliminación de su padecimiento conllevaba la "acción éticamente preferible" de retirarle la nutrición e hidratación por sonda PEG que prolongaba "artificialmente su vida".
Pese a las dificultades éticas y la oposición de distintos sectores españoles, los padres de Andrea lograron que su hija fuera desconectada.
Foto: Reproducción/lavozdegalicia.es