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Fiscalía de Venezuela acusa a hombre por encerrar a mujer durante 31 años en apartamento

El caso se conoció el 24 de enero, cuando la mujer logró escapar del departamento y llegar a una oficina gubernamental de atención a la mujer.

Agencia Reuters

Martes 11 de febrero de 2020

El hombre acusado de haber encerrado a una mujer en un apartamento durante 31 años enfrenta cargos por violencia sicológica y esclavitud sexual, informó el martes la Fiscalía General de Venezuela.

El caso de Morella, de 49 años y de quien solo se ha informado su nombre, ha estremecido a la ciudad de Maracay, en el centro de Venezuela, donde vecinos dijeron estar conmovidos porque nunca imaginaron lo que ocurría dentro del apartamento en el cuarto piso de un viejo edificio.

Matías Enrique Salazar, de 56 años, fue imputado ante un tribunal de Maracay por su presunta responsabilidad en los delitos de violencia psicológica, amenaza, violencia sexual y esclavitud sexual, agregó la Fiscalía en un comunicado el martes.

El caso se conoció el 24 de enero, cuando la mujer logró escapar del departamento y llegar a una oficina gubernamental de atención a la mujer.

Según la Fiscalía, hace tres décadas "el victimario la manipuló y engañó para que abandonara su hogar en la población de Naguanagua, estado Carabobo", vecino a Maracay.

 

Salazar fue detenido en Maracay y está recluido en una sede policial de esa ciudad, donde compartía su vida con otra mujer y una joven que es su hija. Con esa familia, Salazar vivía en un edificio ubicado justo frente a donde mantenía encerrada a Morella, según dijeron residentes.

La Fiscalía no dio otros detalles del caso, ni informó dónde se encuentra Morella actualmente.

Versiones de vecinos indican que Salazar iba algunas noches al departamento donde retenía a Morella, una figura de baja estatura y pálida, de acuerdo con residentes, mientras que los habitantes del otro edificio lo describieron como un hombre amable y colaborador.

Fiscales llevaron días atrás a la mujer al departamento para una inspección. "Estaba nerviosa, tenía tres muditas (cambios) de ropa allí adentro de ese apartamento, unos zapaticos viejitos. Una cama individual casi en el piso, un ventilador viejito, un televisor viejo. Un sofá viejo", dijo un vecino que declinó ser identificado por temor a represalias.

"La gente ataca a los vecinos diciendo que por qué no denunciamos, pero de verdad no sabíamos", agregó al resaltar que ocasionalmente escuchaban algunos ruidos y música, pero Salazar decía que era una empleada de servicio.

Todo en el apartamento estaba "impecable". "Suponemos que ella lo único que hacía era limpiar", agregó.